Gabriel & Gabriela: Parte 7 [Rogerius]

 

Los padres de Gabriel y Gabriela están en el psicólogo luego de que la madre haya descubierto a sus hijos besándose. Están en la pubertad, descubriendo sus cuerpos, lo que los lleva a confundirse en lo que respecta al afecto. Necesitan separarlos de habitación, para que el deseo entre ellos desaparezca.

De camino a casa, la madre piensa que algo hicieron mal, que quizás no les dieron amor a sus hijos, y por eso lo buscaron entre hermanos. Aunque ambos padres piensan en sus encuentros anteriores, así que ese no puede ser el problema.

En casa, la hermana le dice a su hermano que tienen miedo de que los separan. Los dos están preocupados, pero no se arrepienten de nada y se dan un beso en la boca.

Las cosas cambian en la casa, y el hijo deberá dormir en el sofá hasta que encuentren una solución más permanente. Al mismo tiempo, la madre deberá compartir la cama con su hija, lo que le ayudara a mantener a los dos hijos separados durante la noche. Que intenta romper el hielo recordándole como dormían juntas cuando era una niña, pero a la hija solo le preocupa saber si los van a separar.

Allí Gabriela admite que fue su culpa, porque fue ella quien lo llevo a todo esto. Le explica que desde que sintió su erección, su calor tan cerca, no pudo detener sus deseos. Qué trato con todas sus fuerzas suprimir esos pensamientos, pero fueron imposibles. Incluso de solo recordarlo se siente excitada. Pero se sorprenderá saber que la madre también por lo que pasa su hija, porque ella también puede decir que se ha sentido así por su hijo.

La hija le pregunta a su madre si sentir deseo sexual por un familiar es malo, y la madre le responde que sí. Pero la hija quiere tener una explicación como se le han puesto sus pechos, lo que despierta la intriga de la madre. Que luego de revisar su cosita descubre que está muy húmeda, y eso no puede quedar así.

En ese momento la madre le confiesa que ella también tuvo sexo con su hermano, y no piensa dejar de hacerlo. Dándole un beso en la boca, y diciéndole que los dos coños de ellas pueden conocer mejor. Al final los dos han tenido a Gabriel, quizás sea hora de que sean buenos amigos. Así que se quitan sus bragas y hacen una tijera de madre e hija para compartir la cama.

Cuando terminan de follar, la madre habla con su esposo y le dice que ella ya tuvo una conversación muy interesante, donde ambas se beneficiaron. Sin embargo, le vendría muy bien una charla con su padre. Es una excusa para que él la deje sola con su hijo porque la madre sabe muy bien que hacer.

En la habitación, el padre es sorprendido por la hija. La cual lo estaba esperando completamente desnuda. El padre se resiste un poco, hablando sobre el psicólogo y las cosas que dijo. Mientras que la hija no lo escucha en lo absoluta y comienza a quitarle toda la ropa. Ella solo escucha las palabras “darle amor”, y tiene muy en mente como quiere que se lo den.

En el Sofá, la madre le pregunta al hijo si se durmió. No quiere que pase la noche solo. Hoy él será suya y ella será de él. Esto a raíz de la conversación con la hermana, donde han hablado algunas cosas. Gabriel pensaba que no iba a hacer esto nunca más, pero ella se quita el sostén y le dice que ha cambiado de opinión. Solo necesita que el hijo le quite las bragas.

En la habitación Gabriela está en cuatro, gritándole a su padre “si papi” y “no pares”. Hay algo que le gusta hacer al padre, y que a la hija también le gusta, que es que le jalen el cabello mientras se lo hace por detrás. Corriéndose dentro de ella y con el pensamiento que ya no le importa nada.

La madre está recibiendo una comida de coño de su príncipe, gimiendo y preguntándole si le gusta la cosita de mami. Ojalá pudiera responder, pero en este momento tiene la boca muy ocupada con ese manjar. Pero cuando termina el chico le pide que se dé la vuelta, tiene muy en claro como quiere coger a su mami: follando a la nalgona de su madre contra el respaldo del sofá.

En la cama, la hija le dice a su padre que esto ha sido el comienzo, luego de que él le pidiera perdón porque ella acabó muy agotada. Al mismo tiempo que el padre separa sus nalgas para que el culo de su hija quede al descubierto. Pero antes, la hija le dice al padre que la siga, porque quiere mostrarle algo que quiere que vea. Va a donde están a madre y el hijo follando, mostrándoles que no son los únicos en la familia en tener sexo.

El chico se asusta, pero la madre le dice que no se preocupe y que deje que los vea. La madre quiere que le enseñe a su padre como se coge a una mujer. Pero la hija le dice que se equivoca, porque el padre sabe como follar a una mujer y se lo va a mostrar. Ella se pone como su madre, e invita a su padre a que le haga lo mismo. La madre le dice que no se atreva, pero un padre no puede decirle que no a su hija.

La madre no quiere verlos coger, así que mira para otro lado. Pero la hija le dice que los vea, porque le gusta como su papi la coge. Al principio la madre se niega, pero comienza a excitarse con esta orgía familiar. Por lo que se da vuelta, toma a su hija por la cabeza y le da un beso en toda la boca. El padre no lo puede creer, y le dice a su hijo que es su turno ahora. Por eso él se sale para dejar que el padre tenga sexo con la madre. Para la madre no es posible, mientras que la hija piensa que está muy rico verlo.

Como ellos están ocupados, los dos hermanos los dejan allí solos. Que no se dan cuenta de que se han marchado, porque el padre está muy distraído llamando perra a su esposa mientras le pregunta si esto es lo que siempre quiso. Con una respuesta como la madre, que le dice que sí, y que es su perra, ellos han vuelto a revitalizar su vida sexual.

Con los sonidos de fondo de sus padres follando, Gabriel le pregunta a su hermano que sucedió con su familia. Y ella le explica que su familia entro a un nivel llamado incesto, mientras lo besa en la boca.

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