Jujutsushi Wa Maketa [Merkonig]

 

Nobara y Mei Mei están entrenando exorcizando algunos espíritus malignos de bajo nivel. No les cuenta demasiado deshacerse de ellos, y solo les queda uno por acabar. La idea de Nobara es terminar con este rápido porque está cansada, y Mei le dice que tiene razón, porque así obtendrán la recompensa rápida.

Pero cuando Nobara lo patea, se da cuenta de que este espíritu tiene una polla. Y no solo eso, cuando lo han golpeado sé ha excitado, con lo que su verga ha comenzado a crecer delante de ellas. Nobara comienza a jugar con su pie, frotándola suavemente. Se ha ablandado, porque piensa que quizás podría darle un pequeño servicio antes de acabar con su existencia. Pero luego cambia de idea y lo golpea más fuerte. Mei Mei piensa que está siendo un poco ruda, y tiene un mejor plan.

Ella lleva tiempo sin tener una polla tan enorme, así que se levanta el vestido y se sienta sobre ella con el coño desnudo. Sería un desperdicio matarlo ahora, cuando puede follar. Nobara le dice que no cree que ninguna chica pueda hacer caber algo como eso, cuando es sorprendida por otro espíritu que faltaba. Llevando a que Mei Mei se distraiga mientras intentaba con la punta, tomándola por sorpresa y haciendo que todo su pene entre en el coño de la hechicera de primer grado de una sola vez. El descuido hace que su verga se marque en su estómago, y si no hace algo, Mei Mei podría correrse.

Mientras tanto, Nobara también tiene sus propios problemas, porque el espíritu ha comenzado a penetrar su propia vagina. Ella también está enojada, porque pensaba que no cabría, pero el espíritu ha conseguido que sí. Lo ha subestimado, por eso tiene que actuar rápido. Pero como lo está disfrutando, no puede concentrarse en librarse de su ritual de follar.

Las dos están en apuros, porque de tanto placer las está volviendo un pegajoso agujero de carne. Donde no solo penetran sus coños, sino que han comenzado a explorar sus culos con los dedos. Se siente tan bien que cada vez que golpean sus coños siente un escalofrío por la espalda. No deberían rendirse ahora, pero se siente tan bien ser cogidas por sus enormes vergas.

Al final ambas acaban rindiéndose, y les piden por favor que las signa follando por esos vergones. Acaban pidiendo más, y que diciendo que les encanta que sus vaginas sean tratadas de esta manera. Ambos espíritus las ponen la una con la otra, para que sus tetas choquen y sus bocas se besen con lengua.

También quieren sus semen, y que se vengan dentro de ellas. Lo que resulta en un creampie que deja sus estómagos hinchados de tanta leche que tienen en su interior.

Y eso será solo el comienzo, porque ellas quieren que las follen más y que se corran como y donde quieran. Mientras se sientan bien no les importa, podrían pasar el resto de sus vidas así.

Después de jurar convertirse en agujeros de carne exclusivos para espíritus, mantuvieron este lugar en secreto y mataron a cualquiera que se metiera con sus amos demoniacos. Día tras día, Nobara y Mei Mei seguían regresando a este edificio abandonado, sometiendo sus cuerpos a los espíritus y gozando más allá de lo que hubieran podido imaginar. Sus conos se aflojaron por las innumerables pollas enormes que se extendían por sus estómagos sin ningún problema. El placer que experimentaban era embriagador, deleitándose constantemente con la sensación prohibida que solo los espíritus malditos podían proporcionar. Con cada encuentro sus límites fueron empujados más allá, dejándolas deseando más y más del éxtasis de otro mundo que solo su santuario escondido podía ofrecer.

Durante varios días sus cuerpos se volvieron tan adictos al placer que eran incapaz en nada más que beber el semen de espíritus malditos. El pegajoso y maloliente semen fue el único líquido que podría satisfacerlas. Ellas no pueden evitar dejar sus bocas abiertas a la vista de una masiva polla, enterrando sus caras o sacando sus lenguas como perras mientras buscaban el olor a macho que pudieran encontrar

Han pasado varios meses, finalmente se les hizo formar parte del nido de espíritus después de haber disfrutado de todas las alegrías que las pollas de los espíritus malditos podían darles, sus vientres hinchados se llenaron de esperma y de las crías de los demonios, para facilitar su violacion constante, sus miembros fueron atados a la pared, la forma más eficiente de mantener a las mujeres que han sido transformadas en herramientas para desatar los deseos sexuales. Aunque este es un estado lamentable, sus corazones están satisfechos y realizados, como debe ser para las hembras sin valor.

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