Juguetes De Mamá

Jack llega de un trabajo junto a su esposa Maddie y le dice que está muy cansando, pero no lo suficiente para volverse un fantasma. Maddie lo abraza y está feliz de que eso no ocurra, porque nunca podrá encontrar a alguien tan grande como él. Pero Jack tiene otra cosa en mente y le pregunta a su esposa si le gustan las cosas grandes.

En ese momento, Maddie recuerda que ellos iban a probar algo y Jack saca el “vibrador ectoplásmico”. Un dispositivo que en su extremo tiene un didlo. Y que hace que Maddie abra bien grandes sus ojos brillosos mientras dice “increíble”.

Según lo que nos cuenta Jack, este dispositivo es capaz de hacerle experimentar orgasmos hasta niveles desconocidos. Y Maddie está tan desesperada que se baja los pantalones del uniforme, mientras se inclina hacia adelante, y le pide a Jack que lo meta ahora para una sesión de masturbación. Lo que muestra que tenía razón, porque Maddie está gozando como nunca, y eso que no está en la máxima potencia. Lo sube a 100 y a ella le encanta, pidiéndole que lo suba todavía más. A lo que acepta, diciendo que ella es la jefa aquí.

Pero Maddie comienza a volverse un poco extraña, porque no quiere escucharlo y le pide que lo suba cada vez más; se está volviendo adicta. El dispositivo ya está en 300 y Jack no sabe qué podría pasar, pero Maddie le grita que lo quiere al máximo.

Así sube a 500, 600 y 700, llegando al nivel máximo como Maddie lo pidió. Pero el dispositivo no puede soportar este nivel de orgasmo y termina explotando, lo que deja una gran nube de polvo en el laboratorio. Entre las nubes se escuchan algunos gemidos y Jack piensa que algún fantasma podría haberse escapado con la explosión. Hasta que descubre a su esposa completamente desnuda, con sus pezones duros puntiagudos, en el suelo. Ella tiene la cara de satisfacción más grande que puedas imaginar. Han destruido el dispositivo, pero eso no quita que la experiencia sexual de masturbación para Maddie haya sido sublime.

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