No Se Permiten Manies [Soulcentinel]





 

Esta historia la cuenta Anaís, que en este momento tiene 6 años. Su papá es un conejo y su mamá es una gata, nunca antes había pensado en eso, hasta que comenzó a notar unos cambios, como que ella se ve como una coneja, pero tiene colmillos como gato, o que la dieta de un conejo es herbívora, sin embargo, comenzó a desear comer carne, o que tiene ganas de cazar animalitos como un ave. Anaís ha intentado ignorar todos estos deseos, pero llegó un momento donde ya no pudo con esto y terminó entregándose a ellos, comiéndose un bistec, desgarrando las almohadas del sillón, pero encontró que podía apoyarse en su hermano gato para todo esto, ya que él tiene deseos de gato, y se sentiría acompañada y comprendida por él. Su hermano le mostró que si comía chicles podía controlar la ansiedad por desgarrar las almohadas, que podían compartir la carne en los almuerzos, y piensa a que esto se debe a que es más gata que coneja. Pero al pasar más tiempo con su hermano comenzó a sentir un deseo por él. Hasta que una noche algo extraño le ocurrió, se sentía confundida y asustada, pero al final entendió lo que le sucedía. Ya que es muy inteligente y siempre aprende todo muy rápido. Luego de entenderlo todo se volvió más fácil para Anaís, ahora comía carne sin vergüenza y comenzó a compartir y pasar mucho más tiempo con su hermano. Hasta terminar haciendo todo juntos. Disfrutaba tanto pasar tiempo con el que empezó a amar el tiempo juntos. 

Dos años después se da cuenta de que se sonrojaba pensando en él mientras se bañaba. Sigue amando a su hermano pero de otra manera. Y esto la llevó a comenzar a ponerse impaciente. Comenzó a jugar con su peluche, frotándolo en su conchita, y pensando en que era su hermano, esto hacía que se le caiga la baba de su boca.

Los años seguían pasando y su deseo y sueños comenzaron a acrecentarse, teniendo sueños lúcidos. Pero esto hizo que comenzara a necesitar más que solo frotarse con su peluche, Anaís estaba creciendo y comenzó a tocarse sus zonas íntimas,  metiendo sus dedos en su conchita, autodescribiéndose. Aunque sabía exactamente lo que quería entre sus piernas, quería a su minino. Pensó que sería fácil de conseguirlo. 

Pero un día bajaba las escaleras y ve a su hermano recibiendo visitas, es su compañera del colegio Penny, de quien Gumball está enamorado. Esto pone muy celosa a Anaís y competitiva. 

Más tarde, esa noche ideó un plan para que Gumball sea solo suyo. Con la excusa de que estaba teniendo horribles pesadillas se fue a dormir a su cama, Gumball deja que su hermanita duerma con él. Una vez en su cama solo debería esperar y seguir su plan al pie de la letra. Cómo Gumball siempre ha tenido el sueño pesado, Anaís decidió ponerle su conchita en su boca, cuando sintió su aliento, se volvió loca de placer, y no pudo controlarse, se sentó sobre su boca, mientas se tocaba. Esto era mucho mejor que frotarse con el peluche o una almohada. No pudo resistir y terminó en su hermano, Gumball seguía muy dormido, pero Anaís sabe que los gatos tienen el olfato muy desarrollado y que se acordaría de su aroma. 

Esto haría que ese momento asocie su aroma con placer.

Primer parte del plan ✅

Luego se sintió tentada en ver lo que su hermano tiene debajo de los pantalones, nunca lo había tenido tan cerca, ni tan indefenso. Toda su parte íntima era muy suave, no pudo evitar comenzar a tocarla, y comenzó a crecer de tamaño, se sintió más que obligada a meterla en su boca, saborearla, besarla. Anaís estaba tan caliente que un aroma muy particular salía de su conchita, aroma que Gumball podía sentir mientras dormía profundamente. 

En la mañana Anaís estaba tomando un baño y se dejó sentir su aroma, Gumball que tiene su olfato tan desarrollado, pudo sentirlo desde afuera del baño, haciendo que se ponga loco y queriendo correr al baño a tomar una ducha fría, para bajar sus deseos. 

Y así Anaís siguió con la segunda parte de su plan, acercando su cuerpo más y más a Gumball y mostrando más su cuerpo, como pedirle que le rasque su espalda, mientras se recuesta boca abajo en el sillón para que lo haga. 

Por las noches se iba a la habitación de Gumball y luego de tocarse llevaba sus manos a su nariz. Esto hizo que Gumball comenzara a prestarle más atención. Ya que su aroma lo está volviendo loco de deseo. Realmente no podía quitarle los ojos de encima.

Gumball se sentía tan caliente que evitaba que Anaís estuviera cerca de su cuerpo. Sin embargo, Anaís sabía muy bien lo que estaba pasando. Y quería provocarlo aún más. Llevarlo al límite donde ya no pueda soportar el aguantarse, no tenerla. 

Gumball la deseaba tanto que por las noches debía tomarse una ducha fría para intentar calmarse.

Paso dos completados ✅

Esto lleva a Anais a su próxima jugada, metiéndose en la ducha, completamente desnuda. Preguntando por qué no dejaba que se acerque a él y si podía ayudarlo en algo, pasó seguido Anaís se acerca tomando la polla de su hermano entre las manos y manoseándola hasta hacerlo explotar en todo su cuerpo, y para festejar ese triunfo Anaís se lame su propio cuerpo probando el semen de su hermano. 

Gumball no puede dejar de pensar en lo que ha dejado que suceda, y pide que no le cuente a nadie. 

Anaís deja que Gumball piense que tiene el control sobre la situación dejándolo poner las reglas. 

Desde ese momento comenzaron a jugar por la noche. Anaís se traslada a la cama de Gumball para satisfacer sus deseos tocándolo. Y en el día actuarían normal frente a sus padres. Simplemente viéndose como dos hermanos muy cariñosos. 

Mientras por las noches solo se tocarían y nada más, en realidad es Anaís quien lo toca y quien se toca a sí misma, por ahora. 

A la mañana siguiente es Penny quien está tocando la puerta, Anaís pierde el control nuevamente, esta vez queriendo controlar la situación para que no le abra la puerta a Penny, metiendo la polla de Gumball en su boca, haciéndolo gritar de placer.

Esto los llevó a un nuevo nivel, donde Gumball deja de contenerse y comienza a hacerle sexo oral a su hermana, lamiéndole bien la concha. Y dejando que ella meta sus pelotas en la boca.

Anaís estaba más y más cerca de llegar a la culminación de su plan. 

Aunque fuera de día Anaís lo provocaba delante de sus padres sin que se dieran cuenta, tocándole el trasero sin que la vieran, haciendo que dormía en su regazo bajó una frazada cuando en realidad estaba debajo de la frazada chupeteándosela. Esto llevó a que la hora de los juegos secretos sea más que increíble, Gumball estaba completamente entregado a ella, pedía por favor que se dejara hacer sexo oral, pedía por su conchita mojada, pero ambos querían más que eso. Y finalmente llega el momento culminante donde Anaís toma nuevamente el control de la situación saltando sobre Gumball y haciéndolo suyo. Anaís mete poco a poco esa polla dentro suyo, sin poder dejar de jadear, centímetro metro a centímetro la metía más y más dentro suyo, Gumball se sentía completamente obnubilado, mientas Anaís lo convertía en suyo. En ese momento Gumball deja de contenerse y la toma con fuerza de la cintura, moviéndola de arriba abajo con mucha fuerza, queriendo que Anaís fuese suya. Luego la da vuelta en la cama y se pone sobre ella para poder moverse aún mejor. Cada paso que Anais había tomado en todo este tiempo y tanta espera habían valido completamente la pena. La sensación de ser llenada por el semen de Gumball era lo más maravilloso que había vivido hasta el momento. La hizo sentir completa, como nunca antes se  había sentido. 

Pero La Paz para Anaís terminó pronto, ya que Gumball aún pensaba en Penny. Anaís intentó controlar esos pensamientos dándole sexo salvaje, intentando volverlo loco y que solo pensara en ella. 

Ninguno de los dos había dormido mucho esa noche, en la mañana mientras desayunaban se sentían muy cansados, pero para Anaís cada momento había valido la pena. Y de hecho, aún quería tener más de él. Y parece que Gumball quería lo mismo. Comenzaron a tener ducha juntos, y a actuar con normalidad cuando estaban con la familia, pero estando solos se volvían desenfrenados, ya que simplemente no podían dejar de follar. Una y otra y otra vez. Hasta que casi su mamá los atrapa, pero Anaís que es demasiado inteligente, los hace pasar por desapercibido. 

Los días pasaban cuando Anaís descubre mientras estaba en la escuela que Gumball nuevamente está siendo tentado por Penny. Anaís que no puede evitar sentirse posesiva con su hermano, necesitaba darle amor rudo para que siguiera pensando solo en ella. Llevándolo al baño y clausurándolo para que nadie entrara mientras le daba mucho amor de diferentes maneras. 

Anaís lo tenía casi completamente controlado, solo le hacía falta sacar a Penny del camino, y para ello: cuando Penny va a su casa a ver a Gumball, es Anaís quien atiende dejándola pasar, ya que tenía un tremendo plan, haciendo que Penny vea que ellos están juntos. Anaís deja sentir su aroma  para que a su hermano se le pusiera la polla dura. Y que Penny pudiera ver como su hermano la deseaba. Paso seguido, Anaís le dice a Penny que debe atender las necesidades de su hermano, ya que por días no lo había podido hacer y mete esa polla en su boca. Penny está en shock. Mientras Anaís está descontrolada. Mientras le muestra como su hermano termina en su boca. Penny que aún sigue en shock, grita que lo que están haciendo está mal, muy mal, ellos son hermanos. A lo que Anaís contesta que por ser familia se tienen que cuidar y apoyar. Anaís en este momento pasa a un nivel mucho mayor, mostrándole a Penny como se mete la polla de su hermano en su conchita, o conejita como ella la llama.

Anaís ha tratado muy mal a Penny diciéndole que es un maní insípido y que jamás nadie se fijaría en ella. Recordándole que Gumball solo le pertenece a ella. Penny corre hacia la puerta yéndose llorando de ahí. 

Tiempo después a Penny se le ha quebrado su cáscara, ya no es una cascara de mani y se ve preciosa, pero tiene mucho rencor hacia Anaís y quiere venganza. 

 

1 Comentarios
  • Angel 10 octubre 2024

    Bro c
    Para cuándo sale la segundo comic Gumball no manies 2

Tu email no sera publicado.